28.8.21

DECÁLOGO DE LA ANCIANIDAD

El 28 de agosto de 1948, Evita (sí, Ella) proclamó el Decálogo de la Ancianidad, que luego sería incorporado en la Constitución de 1949.

Cuando nadie pensaba en las Personas Mayores, cuando nadie ni siquiera mencionaba el tema Ella, con su gran mirada amorosa y de manera muy visionaria, pensó un decálogo -que se materializaría en obras y hechos- que comprendía derechos de asistencia, vivienda, alimentación, vestido, cuidado de la salud física, cuidado de la salud moral, esparcimiento, trabajo, tranquilidad y respeto para ese grupo etáreo.


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DECÁLOGO DE LA ANCIANIDAD

Eva Perón, 28 de agosto de 1948

1. Derecho a la Asistencia: Todo anciano tiene derecho a su protección integral por cuenta y cargo de su familia. En caso de desamparo, corresponde al Estado proveer a dicha protección, ya sea en forma directa o por intermedio de los institutos o fundaciones creados, o que se crearen, con ese fin, sin perjuicio de subrogación del Estado o de dichos institutos para demandar a los familiares remisos y solventes los aportes correspondientes.

2. Derecho a la Vivienda: El derecho a un albergue higiénico con un mínimo de comodidades hogareñas es inherente a la condición humana.

3. Derecho a la Alimentación: La alimentación sana y adecuada a la edad y estado físico de cada uno debe ser contemplada en forma particular.

4. Derecho al Vestido: El vestido decoroso y apropiado al clima complementa el derecho anterior.

5. Derecho al Cuidado de la Salud Física: El cuidado de la salud física de los ancianos ha de ser preocupación especialísima y permanente.

6. Derecho al Cuidado de la Salud Moral: Debe asegurarse el libre ejercicio de las expansiones espirituales, concordes con la moral y el culto.

7. Derecho al Esparcimiento: Ha de reconocerse a la ancianidad el derecho de gozar mesuradamente de un mínimo de entretenimientos para que pueda sobrellevar con satisfacción sus horas de espera.

8. Derecho al Trabajo: Cuando su estado y condiciones lo permitan, la ocupación por medio de la laborterapia productiva ha de ser facilitada. Se evitará así la disminución de la personalidad.

9. Derecho a la Tranquilidad: Gozar de tranquilidad, libre de angustias y preocupaciones en los últimos años de  existencia, es patrimonio del anciano.

10. Derecho al Respeto: La ancianidad tiene derecho al respeto y consideración de sus semejantes.